Valor estratégico de la cultura en la recuperación y transición económica post-Covidien-19
En la perspectiva de la gestión de los fondos de recuperación europeos, el Cercle de Cultura plantea la necesidad de que estos fondos lleguen a los sectores de la cultura, para garantizar su capacidad de creación de valor y competitividad, reconversión y diversificación de actividades económicas tradicionales, e impulso de la innovación en otros sectores. El gasto público de la cultura en España se sitúa en torno al 1,2%, genera un impacto en el PIB superior al 3,4%, y ocupa cerca de un millón de personas de forma directa. » Impacto de la cultura y las industrias culturales en el PIB Europeo es de un 4,7%, y ocupa a más de 7,4 millones de personas. Pero más allá del impacto directo en PIB y empleo, son un motor de cambio y transición hacia modelos sostenibles de actividades económicas, en áreas muy diversas que van desde el turismo, el sector agroalimentario, el mundo de los servicios, el diseño y la actividad industrial, o el desarrollo digital. La Comisión Europea ha considerado a la cultura y las industrias culturales como uno de los 14 ecosistemas prioritarios para la recuperación económica post Covidien-19. Es imprescindible que las administraciones públicas Estatal y Catalana, prioricen también los sectores de la cultura por su valor estratégico y de transformación.
Con el dolor por la pérdida de muchas vidas y el impacto de los efectos sanitarios y sociales, los efectos económicos de la crisis pandémica se han hecho notar en todos los sectores de actividad. Pero sin duda en los sectores de la cultura el efecto ha sido catastrófico. Nunca en la historia de los últimos doscientos años, ni en el contexto de los conflictos bélicos de la primera y segunda Guerra Mundial, ni la Guerra Civil española, ni en ninguna otra momento hay constancia de la parada total de la actividad cultural, como la que se produjo cuando se declararon las medidas de confinamiento. Las restricciones posteriores y actuales han alargado la agonía de muchas empresas, instituciones, entidades, artistas y creadores y profesionales de la cultura, haciendo que los efectos de la crisis del Covidien-19 sean devastadores para las artes y la cultura.
La cultura es un derecho y un elemento clave para la calidad de vida, pero además es una inversión. El gasto público genera un impacto muy superior en el PIB, que se traslada también en términos de empleo y de tres otros efectos positivos que tienen que ver con la actividad económica general. La construcción de la oferta turística no sería posible sin la cultura. Por otra parte, la cultura es fundamental para la atracción de talento y es un factor clave en el desarrollo de la economía creativa y las industrias culturales que están relacionadas. Y en tercer lugar, la cultura tiene una capacidad muy importante para generar innovación y competitividad, mejorando el posicionamiento de ciudades y territorios.
Ni la industria turística, ni los grandes eventos y manifestaciones económicas como el Mobile World Congress de Barcelona, o la concentración de empresas con gran capacidad de crear valor añadido, no hubieran sido posibles sin la capacidad de crear atractivo y competitividad de la cultura. En este contexto próximo y global hay que reclamar el rol de la cultura en el proceso de recuperación que debemos emprender con urgencia en Cataluña en el marco del consenso europeo.
Consideraremos que el sector cultural en toda su amplitud y complejidad, es un valor a tener en cuenta por su contribución al crecimiento económico, generación de un sector importante que contribuye al PIB y al mantenimiento de empleo con mucha tradición y resistencia. Aprovechar esta crisis para una transformación de las políticas públicas culturales para adaptarse a las nuevas realidades presentes y en previsión de futuro. Plantear reformas profundas en la institucionalidad cultural que nos hemos dotado para situarlas en los escenarios de las necesidades de los planes de recuperación y resiliencia.
En este marco consideramos imprescindible profundizar en la cultura como derecho fundamental y mantener una tensión para fomentar el igualado al acceso a la cultura y compensar los desequilibrios estructurales para impulsar una verdadera ciudadanía cultural.
De acuerdo con estas consideraciones consideramos imprescindible incorporar la cultura en la agenda del Plan de Recuperación como un agente activo y con muchas potencialidades:
• Para que la cultura y la diversidad de las expresiones culturales son un elemento fundamental del proyecto de la Unión Europea. Hay que fomentar el desarrollo cultural de todos los Estados miembros de la UE y garantizar que ninguna quede atrás por falta de recursos y de inversiones en cultura.
• Para que la relación entre creatividad y procesos de innovación social y económica es una alianza demostrada por su eficacia.
• Para que la cultura, las industrias culturales y creativas aportan valores añadidos a otros sectores relacionados con la transformación digital que tiene una dimensión cultural incuestionable.
• Porque interacción entre la innovación y transformación digital y la cultura, las industrias culturales y creativas es estratégica para el fortalecimiento de la preservación, difusión y desarrollo global de la oferta cultural Europea.
• Para que no se pueden afrontar los retos que tenemos como sociedad sin considerar la importancia del ecosistema cultural como un factor imprescindible para definir nuevos modelos sociales y económicos sostenibles.
• Para que el desarrollo económico y de calidad de vida de Cataluña está relacionada con el atractivo y oferta cultural de las ciudades y territorios. Porque la cultura es un factor de cohesión e inclusión social. Porque la cultura ha sido clave para el posicionamiento internacional de Cataluña y para atraer talento.
• Para que Europa es una idea compartida, y la cultura es esencial para construirla entre todos. Por todo ello, pedimos a las administraciones públicas Estatal y Catalana que la cultura y las industrias culturales formen parte de las prioridades reales con las que se gestionen los fondos europeos de recuperación, resiliencia y transformación.
Barcelona, 13 de enero de 2021